Medicación para la tiroides

Medicación para la tiroides

La producción de T4 y T3 en la glándula tiroides está regulada por el hipotálamo y la hipófisis. Para garantizar niveles estables de hormonas tiroideas, el hipotálamo controla los niveles de hormonas tiroideas circulantes y responde a los niveles bajos liberando la hormona liberadora de tirotropina (TRH). Esta TRH estimula entonces a la hipófisis para que libere la hormona estimulante del tiroides (TSH). Cuando los niveles de la hormona tiroidea aumentan, la producción de TSH disminuye, lo que a su vez frena la liberación de nueva hormona de la glándula tiroidea.

Las temperaturas frías también pueden aumentar los niveles de TRH. Se cree que se trata de un mecanismo intrínseco que ayuda a mantenernos calientes cuando hace frío.

Los niveles elevados de cortisol, como los que se observan durante el estrés y en afecciones como el síndrome de Cushing, reducen también los niveles de TRH, TSH y hormonas tiroideas.

La glándula tiroides necesita yodo y el aminoácido L-tirosina para producir T4 y T3. Una dieta deficiente en yodo puede limitar la cantidad de T4 que puede producir la glándula tiroides y provocar hipotiroidismo.

La T3 es la forma biológicamente activa de la hormona tiroidea. La mayor parte de la T3 se produce en los tejidos periféricos mediante la conversión de T4 en T3 por una enzima dependiente del selenio. Diversos factores, como las deficiencias nutricionales, los fármacos y la toxicidad química, pueden interferir en la conversión de T4 en T3.

Otra enzima relacionada convierte la T4 en una forma inactiva de T3 llamada T3 inversa (rT3). La T3 inversa no tiene una actividad hormonal tiroidea significativa.

El 99% de las hormonas tiroideas circulantes están unidas a proteínas transportadoras, lo que las hace metabólicamente inactivas. El resto de la hormona tiroidea "libre", la mayoría de la cual es T3, se une a los receptores de la hormona tiroidea y los activa, ejerciendo una actividad biológica. Cambios muy pequeños en la cantidad de proteínas transportadoras afectarán al porcentaje de hormonas no unidas. Los anticonceptivos orales, el embarazo y la terapia hormonal sustitutiva femenina convencional pueden aumentar los niveles de proteínas transportadoras del tiroides y, por tanto, reducir la cantidad de hormona tiroidea libre disponible.